LOS CRISTIANOS, CONSTRUIR PUENTES Y NO DE MUROS
No es fácil construir el diálogo con los otros, especialmente si con ellos nos divide el resentimiento. Pero el cristiano busca siempre este camino de escucha y reconciliación, con humildad y mansedumbre porque es lo que ha enseñado Jesús.
Me rompo pero no me doblo, afirma una cierta sabiduría popular. Me doblo
para no romper, sugiere la sabiduría cristiana. Dos modos de entender la vida:
el primero, con su dureza, fácilmente destinado a alzar muros de incomunicación
entre personas, hasta la degeneración del odio. El segundo se inclina a crear
puentes de compresión, también después de una pelea. Pero, ha advertido el Papa
Francisco, con la condición de buscar y practicar "la humildad".
Y con estas palabras ha proseguido: "para dialogar es necesaria la
mansedumbre, sin gritar. Y necesario también pensar que la otra persona tiene
algo más de mí. Para dialogar, es necesario hacer lo que hemos pedido en la
oración,: hacerse todo a todos. Humildad, mansedumbre, hacerse todo a todos
también - pero no está escrito en la
Biblia - todos saben que para hacer estas cosas es necesario aguantar mucho.
Pero, debemos hacerlo, porque la paz se hace así: con la humildad, la
humillación, buscando siempre ver en el otro la imagen de Dios". El Santo Padre reconoce que "dialogar es difícil". Pero peor
que intentar construir un puente con un adversario es dejar que crezca en el
corazón el resentimiento hacia él. Así ha afirmado que de este modo quedamos
"aislados en este caldo amargo de nuestro resentimiento".
De esto modo lo ha explicado: "humillarse, y siempre hacer el
puente, siempre. Siempre. Y esto es ser cristiano. No es fácil. No es fácil.
Jesús lo ha hecho: se ha humillado hasta el final, nos ha hecho ver el camino.
Y es necesario que no pase mucho tiempo: cuando está el problema, lo antes
posible, en el momento en el que se pueda hacer, después que ha pasado la
tormenta, acercarse al diálogo, porque el tiempo hace crecer el muro, como hace
crecer la mala hierba que impide el crecimiento del grano. Y cuando los muros
crecen es muy difícil la reconciliación: ¡es muy difícil!"
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