domingo, 30 de septiembre de 2012

CASA DE LA FRATERNIDAD




Recrear nuestra fraternidad

Jesucristo, cimiento de unidad
y constructor de la fraternidad,
envíanos cada mañana una ráfaga de tu espíritu,
derriba los muros de separación levantados
por el egoísmo, el orgullo y la vanidad.

Aleja de nuestras comunidades
las envidias que siembran discordias,
los protagonismos que no permiten trabajar en comunión.
Líbranos de las inhibiciones, de los miedos paralizantes,
sosiega los impulsos y cólmanos de serenidad.

Haz surgir en nuestras relaciones fraternas
corrientes sensibles y cálidas
para que nos perdonemos y nos comprendamos,
nos estimulemos y nos celebremos
como miembros de un mismo Cuerpo, de una misma familia.

Retira de nuestro camino las rivalidades y aversiones
rompe los bloqueos para que seamos unas con otras
abiertas y leales, sinceras y veraces.
Crezca la confianza como árbol frondoso
a cuya sombra todas nos sintamos felices. 

Así seremos ante el mundo
el argumento sensible y profético de que tú,
oh Jesús, estás vivo,
de que tu Iglesia, Misterio de comunión,

se desvela con toda su belleza, entre nosotras.   Amén






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